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CaracasEl Foro Social Mundial 2006, a celebrarse a fines de este mes, tendrá la particularidad de desarrollarse en dos etapas: la primera en la capital de Malí, en África, y la segunda en la capital de Venezuela, en América del Sur. En su transcurso proseguirá la discusión iniciada en el FSM de enero de 2005 sobre el carácter a imprimir a estas mega-reuniones altermundialistas: para muchos, no pueden seguir limitándose a encuentros y debates sin traducción en un calendario de acciones políticas, a riesgo de convertirse en una suerte de feria internacional de la sociedad civil.
En dos tiempos. Este año el Foro Social Mundial (FSM) se desarrolla en dos tiempos. Uno más determinante que el otro. Primero, del 19 al 23 de enero, en Bamako, capital de Malí. Después, del 24 al 29, en Caracas, capital de Venezuela. En la víspera de la apertura del Foro en Bamako, el 18 de enero, tendrá lugar un encuentro político de primordial importancia, heredero de la Tricontinental: la Jornada internacional sobre la reconstrucción del internacionalismo de los pueblos, con la participación de un centenar de intelectuales y de representantes de movimientos sociales del Tercer Mundo y otros lugares, en oportunidad del 50 aniversario de la famosa conferencia de Bandung. Pasar a la acciónPero con el correr del tiempo este objetivo se ha ido desdibujando, confundiendo; y para algunos hasta se ha borrado por completo. Esto se hizo evidente en Porto Alegre en enero de 2005, donde se pudo constatar una suerte de agotamiento de la fórmula inicial: para muchos participantes, el Foro no podía seguir siendo solamente un espacio de reencuentros y debates que no culminen en la acción; tenía que crear las condiciones de un paso al acto político, mediante la elaboración de un umbral mínimo –a un tiempo sentido y proyecto– de alternativas a las políticas neoliberales, e incorporar los objetivos comunes de los ciudadanos del Norte y del Sur. A falta de lo cual el FSM corría el riesgo de despolitizarse y folclorizarse, de transformarse en una especie de Feria internacional de asociaciones, un Salón mundial de la sociedad civil, donde la preocupación central sería el “buen gobierno”, lo mismo que en Davos, pero impulsado por mejores intenciones. Esta constatación suscitó tomas de posición combativas 2 y una gran discusión sobre el sentido, la función y el futuro de los Foros Sociales, sean mundiales, continentales, nacionales o locales. Este debate decisivo para el futuro del altermundialismo proseguirá en Bamako y también en Caracas. Será particularmente intenso en la capital de Venezuela, porque por primera vez el Foro se celebrará en el marco de la Revolución Bolivariana y el conjunto de reformas que conduce el presidente Hugo Chávez. En una atmósfera latinoamericana marcada por el reciente triunfo alcanzado en Mar del Plata, Argentina, contra el proyecto estadounidense del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) y por la victoria electoral del 18 de diciembre de 2005 de Evo Morales en Bolivia, los participantes del Foro de Caracas podrán verificar en los hechos, observando la nueva realidad venezolana, que la globalización no es una fatalidad. Que es posible hacerla retroceder. Con la condición de mantenerse fiel a valores de justicia y solidaridad, de no ceder, de no plegarse, no traicionar. Y de saber dar prueba de una voluntad política inquebrantable.
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