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Reseñas de librosCiudad Pánico - El afuera comienza aquíDe Paul VirilioEditorial: Libros del Zorzal Cantidad de páginas: 144 Lugar de publicación: Buenos Aires Fecha de publicación: Julio de 2005 Precio: 26 pesos En este breve libro examina el giro copernicano –inaugurado por Dresde, Hiroshima y Nagasaki– que ha experimentado la guerra moderna, caracterizada por la aeronavegación, la velocidad, la información y por la transformación que, a partir de los atentados del 11 de septiembre de 2001, Estados Unidos ha implementado sobre la geopolítica, convertida hoy en “metropolítica”, con el pánico urbano como escenario fundamental. Es ilustrativo cómo en las guerras actuales el 80% de las víctimas son civiles, mientras en la guerra tradicional era exactamente a la inversa. El trabajo, presentado en seis capítulos, en una bien lograda síntesis, despliega la información precisa, para exponer sus análisis con una visión transdisciplinaria poco común. Según Virilio, la guerra actual tendría más un carácter de guerra civil mundial, marcada por la ausencia de un enemigo nacional declarado, para lo cual las ciudades deben modificar su carácter político tradicional: “Desde ahora en más toda guerra que se precie de tal, es primero una guerra contra los civiles”. Con tenor filosófico y un lenguaje que combina el aforismo con la metáfora, el autor investiga las raíces del problema: el no comprender que, lejos de hacer crecer al individuo, el desarrollo de la técnica lo disminuye hasta amenazar con la “desertificación”; y desde esta palanca conceptual desarrolla su idea cardinal, el riesgo de “derrumbe gravitacional” como consecuencia de haber roto el principio natural de la “trinidad de los cuerpos”: el cuerpo territorial, el cuerpo social y el cuerpo animal. El primero reducido a la nada por la velocidad, el segundo progresivamente desintegrado por el sistema concentrador de la ciudad y el tercero caducado en sus facultades creadoras por el progreso de las tecnologías transgénicas. Obra estremecedora. No obstante, el autor nos tira algunos cabos, entre ellos, afirma que para luchar contra el pánico y la “forclusión” hay que volver a la “política geofísica” de la materia y no sólo de la luz y de su mentada “velocidad de liberación”.
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