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Reseñas de librosFiguras de lo pensableDe Cornelius CastoriadisEditorial: Fondo de Cultura Económica Cantidad de páginas: 302 Lugar de publicación: Buenos Aires Fecha de publicación: Febrero de 2001 Entre 1978 y 1997 –año de su muerte–, Castoriadis publicó cinco libros agrupados bajo el título común de Las encrucijadas del laberinto, aludiendo a una idea: “Pensar no consiste en salir de la caverna (…). Consiste en entrar en el laberinto”. Figuras de lo pensable se publica luego de su muerte, texto preparado por familiares y colegas y que da cuenta de la trayectoria intelectual del autor. Para Castoriadis hay antropogenia en Esquilo (Prometeo encadenado) y autocreación del hombre en Sófocles (Antígona). Si bien las interpretaciones que ha suscitado Antígona son numerosas, la tesis de Castoriadis es rica en implicaciones: “Un culto a los dioses sin ciudad, sin que exista una comunidad de los hombres reglada por leyes, no es concebible. Una ciudad que no se protegiera contra el riesgo de la traición y de la colaboración con el enemigo, cuyo único móvil fuera la sed de poder personal (Polinices) tampoco es concebible”. Antígona se sitúa bajo el signo de la aporía: sancionar o no sancionar a Polinices es, en cualquier caso, una afrenta a los dioses. Otro tema es el de “la mónada psíquica”: el inconsciente, anterior al lactante, va a construir el fantasma que satisfaga su deseo y este es el fantasma que va a perseguir en vano durante toda su vida de adulto. A la pregunta ¿cuál es ese fantasma? la única respuesta posible es la ignorancia, en la medida en que ese fantasma es irreconstruible. El adulto no podrá repetir ese estado de completud que experimentó cuando no había distinción entre deseo y representación. Economista de la OCDE, Castoriadis siempre tuvo posición tomada respecto a la irracionalidad del capitalismo, cuyos cálculos no toman en cuenta “ni la destrucción del medio ambiente, ni el aplastamiento de vidas humanas, ni la fealdad de las ciudades, ni la victoria universal de la irresponsabilidad y del cinismo, ni el reemplazo de la tragedia y de la fiesta popular por el folletín televisado”; restricciones que logran –expresión funesta para los argentinos– que los números cierren.
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