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Reseñas de libros¿Quiénes somos?De Samuel P. HuntingtonEditorial: Paidós Cantidad de páginas: 488 páginas Lugar de publicación: Buenos Aires Fecha de publicación: julio de 2004 Precio: 49 pesos Supone los rasgos distintivos de “la cultura angloprotestante” –blanca, anglosajona y protestante–: el idioma inglés; el compromiso con el cristianismo; la tradición inglesa de imperio de la ley, responsabilidad del gobernante y derechos individuales; los valores del protestantismo disidente; y la ética del trabajo. Propone estos rasgos de “excepcionalismo estadounidense” como esenciales a la existencia de la nación. Huntington manifiesta el horror de los grupos neoconservadores frente al liberalismo político desde la década de los sesenta. Propone, por ello, un divorcio entre el “ciudadano promedio” –que aparece como un agregado de opiniones en innumerables encuestas–, religioso y patriota, y la elite intelectual cosmopolita y liberal, en un libro basado en un impresionante caudal de estadísticas, pero sin un desarrollo convencional del marco teórico. En el último capítulo, en particular, no puede evitar reconocer el apoyo estatal y mediático del que gozan las distintas iglesias cristianas misioneras en las últimas décadas y en la administración Bush. En 1996, al proponer su “choque de civilizaciones”, Huntington había identificado una línea de ruptura entre las civilizaciones “occidental” y “latinoamericana” en los 3.000 kilómetros de frontera entre Estados Unidos y México. Es coherente que, casi ocho años después, focalice su análisis en la comunidad hispana –los 23 millones de mexicanos residentes y la comunidad latina de Miami–, como la peor amenaza jamás enfrentada por la identidad estadounidense: a diferencia de las olas inmigratorias anteriores, se trata de grupos grandes que se establecen sin “diluirse” entre la población, mantienen su cultura, lenguaje y lealtades, y proyectan un creciente poder político. En el futuro previsible, y como ya es costumbre, el imperio mediático neoconservador citará esta obra como parte de la justificación ideológica del unilateralismo estadounidense, un inocultable y provocativo “manifiesto nativista”.
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